Simularemos ser normales, es lo mejor {Annabeth, Phoebe}

Nueva York era el último lugar en el que quería estar pero no había otro remedio, aquí había más humanos que podía cazar y con suerte transformar para nuestro favor, de todos los vampaneces y sobre todo yo, ahora necesitaba alguna especie de aprendiz, no podía llevar toda mi vida estando solo, tenía que estar acompañado en algún momento.

Llegué a un restaurante de comida, se veían las marcas de McDonals y Burger King, no tenía ganas de comer comida humana, ahora con esto de la inmortalidad todos perdíamos gran parte del apetito humano, aunque si llegábamos a alimentarnos de el algunas veces, solo para fingir ser normales. Entré al McDonals que era el que estaba más cerca y el golpe de la sangre me llegó. Podía escuchar el latido de todos los humanos dentro de este lugar, los niños corriendo y haciendo que su sangre fluyera con más fuerza. Si fuera un vampanez nuevo, probablemente abría matado a todos sin aguantarme ni un segundo, pero ahora ya llevaba práctica de muchos años y podía aguantar todo ese ruido que producía la sangre dentro de los cuerpos de los humanos.

Pedí una orden de hamburguesa y papas y me senté en una mesa lejana a todos los demás mirando hacia fuera, era de noche alrededor de las 10 y aun seguía abierto, me pregunto porque las personas estarían tan activas hoy.
Tomé la hamburguesa y le di una mordida, lo suficientemente normal para que no sospechara nadie, aunque notaba que la cajera no quitaba los ojos de mi, así que le sonreí.

Torpes humanas.., pensé mientras regresaba la mirada a la comida, pero la desvié en cuanto escuché que alguien más entraba.

Fiesta era en lo único que había pensado esta semana, todos los días había salido de fiesta con mis amigos de la escuela y ni tiempo de nada más me había dado, no había comido mucho en estos días más que algunas bebidas con alcohol y con suerte algunas frituras en el camino y ya, necesitaba comer algo pero no había nada nutritivo.
Mi madre había ido a trabajar, ella trabajaba en las noches y la mayor parte de su tiempo se la pasaba fuera de casa buscando a alguien con quien enrollarse, eso del papel de madre no era lo suyo.


Salí de casa caminando por todo nueva Cork, hacía frío en las calles, la temperatura estos últimos días estaba baja, y no llevaba precisamente un buen suéter que pudiera cubrirme, de todas maneras tenía que aguantarme a lo que fuera con tal de ir por algo de comer, cada vez me sentía más débil por no comer nada.


Llegué al centro del lugar, era realmente amplio y por sorprendente que fuera estaba casi lleno, lo único que estaba sin mucha gente era McDonal’s, donde habían más niños en los que jugos que dentro del lugar, allí sería un buen lugar para comer, unas buenas papas y un refresco me harían la diferencia.


Entré al lugar y vi que nadie me hacía casi salvo un chico en la mesa del fondo, si no fuera por el hambre que tenía me habría perdido en sus ojos, pero el estómago empezaba a sonar y solo me quedaba comer sin hacer caso a la mirada del chico.


-Unas papas y un refresco por favor- le dije a la cajera que de igual forma miraba a aquel chico misterioso, ¿Qué causaba en nosotras?. Intenté no mirarlo, pero me encontré 2 veces volteando para asegurarme de que seguía allí, y así era, aun estaba allí, mirándome.


La chica me entregó mi pedido en una bandeja, lo tomé entre mis manos y volteé a buscar una mesa vacía pero no había ninguna que quedara, ni una simple silla, solo 2 en la misma mesa que el chico. Me acerqué lentamente a su mesa, no iba a sociabilizar, solo quería comer sentada, eso era todo.


-¿Te importa si me siento aquí?-pregunté mirándolo a los ojos y esperando la respuesta.

Estaba en "Nueva York" la gran ciudad, erfecta para distraerme de todos los asuntos de los Dioses y cosas así. Decidí tomarme un tiempo de odo este asunto de salva al undo y pues aqui estoy
intentan tomar un suspiro de mi vida "normal" (que de normal no tiene nada pero que mas puedo esperar). El reloj de la pared del hotel marcaban las 9:00 pm, era bastante temprano como para irme a dormir,
asi que salí a distraerme un rato.

En la calle había muchas personas aún unas ivan de regreso del trabajo, otras entraban a bares, pero muchas otras bagaban al igual que yo, era bastante entretenido caminar por las calles de aquella gran
ciudad ya que cada paso que daba me topaba con personas totalmente diferentes a la anterior, me divertía ver a todos ellos.

Seguí mi paso por varias calles, escuchando el ruido de los autos pasar, hasta que llegué a un pequeño parque, me senté en unas bancas que quedaban de frente a varios restaurantes de comida rápida que aun
segían abiertos y con demasiada gente. El olor que despedían me trajo con sigó un gran tronido de estómago. No había comido en todo el día y mi estómago lo estaba sintiendo en ese momento.

Me paré y caminé justo al que estaba en medio de todos (McDonals) entré y tenía el olor típico de papas. Me paré enfrente de la registradora mientras miraba que iva a ordenar, no me decidí asi que solo
pedí la primer hamburguesa que apareció frente a mí, pagué y me la dieron. Volté a todos lados buscando un lugar para comer pero estaba repletamente lleno y no había lugares en ningún lado.

Terminé sentada en el suelo casi hasta el fondo de todas las mesas para no estorbar a nadie. Al lado de mi estaba una mesa con un chico que me traía la extraña sensación que era todo menos común y corriente,
mientras comía mi haburguesa lo observaba para ver cualquier movimiento extraño o fuera de lo normal pero nada, seguía ahí estático dándole la primer mordida a la hamburguesa, hasta que una chica lo interrumpió
sentándose con el. Esa chica ere diferente a todas las demás de alrededor. Aquelos dos chicos me daban una extraña sensación no se de que ni porqué pero era algo bastante extraño.Decidida me levanté y caminé hacia
la mesa hasta estar de pie junto a la otra chica, los miré con algo de desconfianza pero esa sensación era más fuerte que mi desconfianza entonces les pregunte: -¿Me podria sentar con ustedes? es que el piso ya me incomodó-.